España, ese país cuyas únicas gestas se encuentran impresas en los libros de historia. Una nación que, ya entrada en una pronunciada decadencia desde hace varios siglos, sólo pretende destruirse a sí misma y donde la mínima discrepancia es motivo de disputa. Nuestra historia ha ido evolucionando junto a nosotros: empezando por el <<no queda sino batirnos en duelo>>, armado únicamente con un estoque bajo la luz de los faroles de sebo en alguna andrajosa calle perdida de Madrid durante la Guerra de Sucesión; pasando por el par de tiros en la nuca en alguna zanja a las afueras de Burgos en el 38 con tal de ajustar cuentas derivadas de rencillas familiares, y terminando con una banal discusión en twitter donde vuelan los "gilipollas" hasta salpicar ambos bandos. Nos hizo falta tener al ejército vecino en las calles para poder unirnos y, por desgracia, esa era una guerra que no nos convenía librar. Si a los franceses les sobró guillotina, a nosotros nos faltó. Y ahora otro gallo cantaría.
Y es que siempre hemos estado por detrás de nuestro pueblo vecino, quien nunca ha tenido complejos de apelar a la unidad de la patria. "Unité et Indivisibilité de la République. Liberté, Égalité, Fraternité ou la Mort" cantaban a los cuatro vientos mientras alzaban el puño al céfiro en el que es uno de los periodos históricos más grandiosos de la humanidad. Sin complejos, y si hubo alguno, la guillotina se encargó de erradicarlo. Y esa es la fuente de todo mal en España, un país gobernado por ineptos, cobardes e incompetentes desde que el tiempo es tiempo; y cómo no, ahora recogemos lo sembrado. Nos enfrentamos al que seguramente sea el mayor conflicto de la historia de nuestra democracia y si quiera somos capaces de actuar debidamente y con la contundencia requerida para parar un golpe de estado disfrazado de referéndum, ¿o nadie recuerda cómo consiguió Hitler anexionar Austria a su imperio? Por "curioso" que parezca, siempre que se organiza un referéndum no vinculante, siempre gana el convocante. Por otro lado, tenemos un presidente al que la silla le queda desmesuradamente grande y al que se le pide la dimisión para ayer. Todo eso, claro, sin contar la impunidad de la que gozan aquellos que han quebrantado la ley; pues a día de hoy cualquier acto realizado con toda la legítima autoridad democrática se considera un acto fascista. Porque España tendrá muchas carencias, pero es una democracia plena le pese a quien le pese, donde se hace cumplir la ley -tarde y mal-, pero se hace cumplir.
Y así nos va. Tenemos unos dirigentes demasiado acomplejados como para hacer acatar la Constitución, un buenismo exacerbado y una demasía de paños calientes con quienes pretenden pasársela por donde sea que se la pasen. No estamos tratando sobre el argumento rancio y casposo de "la unidad de España", es una cuestión de garantizar el Estado de Derecho. Hay numerosos métodos legales para conseguir lo que pretenden, pero optaron por romper el sistema. Si de verdad quisieran hacer un referéndum bajo el amparo de la ley, jugarían con las reglas establecidas: cuando tengan los votos suficientes (y su consiguiente representación parlamentaria), presentarían la propuesta de modificar la Constitución al Congreso, y si fuese aceptada, yo mismo sería el primero en defender dicha votación como acto democrático que podría ser. Citando a Voltaire en una época donde las hogueras de la inquisición se estaban apagando lentamente <<No comparto tu opinión, pero daría mi vida defendiendo tu derecho a decirla>>.Porque es la gente quien decide, la voz de un pueblo, no sólo la de unos pocos. Dura lex sed lex.
cuanta razón
ResponderEliminarGracias :)
EliminarAsí va España
ResponderEliminarY así seguirá yendo. España no tiene remedio. De nosotros depende enmendarlo, pero parece que ni a esas.
EliminarPablo, que razón tienes y esto parece que no tenga solución con tanto gilipollas,porque yo a demás de a la Guardia Civil y a la Policía Nacional habría mandado de apoyo al ejército y se les hubieran quitado las tonterias a los putos independentistas que piensan que se pueden pasar la Constitución y las leyes por el forro.
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